ETF proviene de la sigla en inglés “Exchange Traded Funds”, que se traduciría como Fondos Transados en Bolsa. Al igual que los fondos mutuos tradicionales, los ETFs agrupan instrumentos financieros con características similares, tales como acciones y bonos. Sin embargo, se diferencian en que al invertir en ETFs puedes ver el comportamiento de tu capital en cualquier momento del día.
Al invertir en ETFs puedes comprar cientos e, incluso, miles de acciones de una sola vez y generar portafolios altamente diversificados, que suelen protegerte del riesgo intrínseco del mercado.
Su principal beneficio es que son transados en la bolsa y, generalmente, cobran comisiones más bajas que los fondos mutuos.